Una razón para sonrojarnos.

Jesús Lora, 09 Jun de 2017

Si nos paramos a pensar cuál es la cantidad de alimentos que se desperdicia en España y en el mundo, inevitablemente tenemos que llevarnos las manos a la cabeza. Un tercio de la comida que se produce en el mundo se desperdicia. Los datos en España no son muy halagüeños. Según algunas fuentes, más de 7.7 millones de toneladas de alimentos son tirados a la basura, alimentos que perfectamente podrían haber llegado al plato. Este dato equivale a un promedio de 163 kilos de alimentos tirados a la basura por persona y año. Los motivos del tal despilfarro son muchos: mala planificación en los hogares, cánones estéticos en los alimentos que hacen que se desechen muchos de ellos por considerarse “feos”, malos hábitos de consumo o una posible mala gestión en los diferentes eslabones de la cadena alimentaria. Y la lucha contra el despilfarro de alimentos no es sólo una cuestión de lógica y de ética, cuando muchas personas pasan hambre, sino que la huella ecológica de tal despilfarro es, como poco, aberrante.
¿Dónde se produce el despilfarro de alimentos? Según los datos de AECOC, los mayores responsables en cantidad del despilfarro de alimentos  son los hogares, donde se produce un 42% del despilfarro,seguido del 39% en las empresas de producción. A continuación se encuentra la hostelería con un 14% de responsabilidad y por último un 5 % la distribución.

Pero no todo son malas noticias en este campo. Multitud de iniciativas a nivel mundial se están llevando a cabo, como es la normativa francesa que obliga a los supermercados de más de 400 metros cuadrados a donar la comida que se desperdicia a bancos de alimentos, alimentación animal o para abono. En España  aún no tenemos esa normativa o parecida, aunque sí hay muchas iniciativas a nivel particular, de entidades y supermercados, que están creando una mayor concienciación y una disminución del despilfarro de alimentos. Y es en esta labor donde los Bancos de Alimentos tiene una gran responsabilidad.
Desde el Banco de Alimentos de Sevilla la tarea que se lleva a cabo no es baladí. En el año 2016, el Banco de Alimentos ha realizado una serie de acuerdos y convenios con diferentes supermercados y grandes superficies de la capital y provincia para hacer llegar las posibles mermas de alimentos a diferentes entidades y comedores sociales, llegando a repartir más de 96.600 kilos, que de otra forma hubieran acabado en la basura.

La tarea para acabar o disminuir el despilfarro de alimentos debe ser tarea de todos: medidas a nivel particular, de los hogares con una mayor planificación; medidas desde el gobierno, como una mejor normativa que permita la reutilización y donación de los desperdicios o campañas a nivel nacional que permitan concienciar a consumidores, empresas y supermercados en relación con el desperdicio alimentario y, como no, una mayor implicación llevada a cabo desde los Bancos de Alimentos para sensibilizar a los diferentes agentes implicados en el despilfarro para reducir este al máximo posible.